miércoles, 2 de julio de 2014



     Angélica Gorodischer que había escrito un par de libros, tres para ser exactos, encontró una vez en un diccionario la palabra jubea que suena tan bien, pero tan bien, con tantas vocales, una suave be y una jota que puede aspirarse en una casi hache, que decidió adoptarla. No le importó que se tratara de una palmera que no da flores. "Soy una escritora" se dijo, "y buenas o malas o regulares, las escritoras estamos para eso, para conferir al mundo otra realidad".




Angélica Gorodischer
"Las jubeas en flor"

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