viernes, 27 de diciembre de 2019

Pastorela Cómicos de la Legua 2019- 2020

Foto: Kikey
#teatro
@comicosdelalegua


Le dimos tantas vueltas a lo nuestro, 
que se nos enredó en el alma.


Kikey

domingo, 1 de diciembre de 2019

La piel del libro
Él nos dio y nos da mucho placer, pero recibió poco o ninguno.
Tsai Lun, eunuco, miembro de la corte imperial china, inventó el papel. Fue en el año 105, tras mucho trabajar con la corteza del árbol de la mora y otros vegetales.
Gracias a Tsai Lun, ahora podemos leer y escribir acariciando la piel del libro, mientras sentimos que son nuestras las palabras que nos dice.

Eduardo Galeano

lunes, 18 de noviembre de 2019

Tengo el alma atardecida
quieta
deshilachándose suavemente


esperando a la luna
y una manta de estrellas.

Tengo abrazada una tímida lágrima
Ahí quédate, -le digo- No salgas,
deja que la madrugada te arrulle,
duérmete
mañana el sol calentará
y tal vez
florezca otra vez la vida.


Marcia Trejo "Kikey"


Nisé @Miniseria dice:
Sé que un día mi cintura va a encontrar esas manos que la sostengan mientras baila al ritmo de la vida.

Yo digo:
Esa pura certeza es algo.

sábado, 2 de noviembre de 2019

CALAVERA 

Son éstos los días de muertos
días de dulces tradiciones
en que queremos ser puertos
donde arriben corazones

preparamos los altares
que contienen toda cosa
y esperamos que estos lares
se llenen de mariposas

que las almas que queremos
visiten nuestros hogares
y abracen lo que guardamos
en el alma para darles.

Ofrecemos pan de muerto
atole, flores y velas
colocamos todo el huerto
y escribimos calaveras.

Y aún si sólo es en el alma
donde cada altar se encuentra
invitamos a que en calma 
vengan y hagamos de cuenta.

.

Kikey

viernes, 11 de octubre de 2019


Aunque creo que sí importa, parece que acaba por no importar cómo y de qué se construya uno. Y no importa en qué manos además de las nuestras, pongamos el corazón, porque igual irá de aquí para allá como una papa caliente. Y aunque tal vez realmente sí importen, tampoco sirven las certezas que alcancemos, ni los afectos que sintamos firmes, porque un día, muchos días, la ola de la vida nos revuelca y nos deja tirados; sintiéndonos golpeados, perdidos, ridículos, desorientados.
Y lo único que podemos hacer es correr a resguardarnos al frágil castillo de arena que medio alcanzamos a construir en nuestro espíritu y quedarnos ahí quietecitos esperando que la próxima ola tarde en llegar.


Marcia Trejo "Kikey"

domingo, 6 de octubre de 2019


Yo alguna vez, con un personaje padrísimo 
como juglar en la pastorela de LOS CÓMICOS DE LA LEGUA
#teatro #lenguasindígenas

Polvo
lo que uno tiene que decir
lo que uno limpia
lo que esparce
lo que ve y no ve

Polvo escribo
y en la polvareda me disperso.


Marcia Trejo "kikey"


martes, 17 de septiembre de 2019

De aquella primera vez
me traje -sobre todo-
tus palabras


Tú me diste tus besos
yo me quedé a vivir
en tu mirada


pero sobre todo,
me traje tus palabras


y todavía las tengo
han sido semillas

fr
utos
flores
sueños
nubes
madrugadas
amaneceres


han sido lo que cada vez pudo ser
también han sido lo que no


pero de la primera vez

conservo la sorpresa
la fuerza
la magia

de las veces siguientes
conservo todo
hice un álbum
lo sembré
y crece
no importa si es primavera o invierno
crece y crece
y las flores se amontonan
y se abrazan
ellas saben
lo que nosotros no

florecen
sonríen
y saben
mucho más
de lo que tú
y yo

más de lo que jamás
hoy
antes
o nunca

saben
intuyen
y desean
mucho
más.





Marcia Trejo"Kikey"

martes, 27 de agosto de 2019


Dimos vueltas 
y vueltas
nuestros colores

formaron mundos
               historias
               amaneceres
muchas veces dejamos quieto el corazón
pero otra vez le dimos vuelta
hasta que se volvió ese caleidoscopio
que hoy reposa
esperando.



Marcia Trejo "Kikey"

domingo, 11 de agosto de 2019

El abrazo poético
como el abrazo carnal,
mientras dura
prohibe toda caída
en la miseria del mundo.


André Breton / O. Paz

A mí me gusta tanto todo,
que no sé qué hacer primero.


Kikey

Una cree que los vuelve locos
hasta que se da cuenta de que ya vienen así.


versión mía de un twitt de @Extra_Brutto

miércoles, 5 de junio de 2019


De Tute

lunes, 27 de mayo de 2019



Hay tanto siempre
que no llega nunca
tanta osadía
tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra

y viceversa

Vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza

En qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente
Vuelvo y se distribuye en mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

Propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silvando por el santo y seña
y el puente de la duda
me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

Tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

Vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi seño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

Vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora
todos estamos rotos pero enteros
diesmados por perdones y resavios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros

Vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia, en mis calles, en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

Vuelvo, quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.


Daniel Viglietti

domingo, 12 de mayo de 2019


Compré una caja
cuando la pedí pensaba en hacerte en un regalo
cuando la pagué dudé si querrías recibirlo
cuando salí de la tienda quise llamar para preguntarte
cuando subí a mi coche miré la caja y pensé en que
estaba vacía, sentí pena por ella.
Miré hacia adentro y me di cuenta de que no había un regalo
que no había nada, luego noté que tu teléfono se había borrado del mío
después sentí el piso bajo mis pies y supe que mi carro había desaparecido,
El cielo sí estaba, era lo único que estaba cuando tomé la caja y la rompí
se escuchó un llanto, no podría asegurar que era el mío, 
incluso llegué a pensar que era el tuyo
llegué a soñar que habías vuelto
llegué sentir que me mirabas
y llegué a suponer que estabas aquí porque te habías dado cuenta
de que tu vida era mejor conmigo
de que la mía era mejor contigo
o de que juntos éramos más felices
y en ese momento, justo en ese momento 
cuando pensé en que juntos éramos más felices
me di cuenta de que estaba sola y de que el llanto sí era el mío.


Marcia Trejo "Kikey"
13 de mayo 2012

domingo, 5 de mayo de 2019



Texto presentación de la Dra. Silvia Ruiz-Tresgallo
para ALETEO DE UN SUEÑO de Marcia Trejo “Kikey”


Marcia Trejo, también conocida como Kikey es una amante de los libros y las palabras en todas sus formas, disfraces y colores. Queretana de nacimiento y viajera de vocación, Kikey transita por el espacio en blanco, con la misma soltura que por la cartografía de un mundo que para ella no tiene fronteras. La actividad de esta mujer incansable, escritora, maestra de literatura, bibliotecaria de la Universidad Autónoma de Querétaro, actriz de los Cómicos de la Legua, productora y locutora del programa musical Espiral, entre otras ocupaciones, hacen de esta singular poeta y narradora una guardiana de las palabras, no porque las retenga para sí, sino porque las regala para uso y disfrute de aquellos afortunados que la quieren escuchar y leer.

Para iniciar esta presentación me gustaría aludir, al poema que da título a su tercer libro en solitario Aleteo de un sueño, titulado “DESVARÍO V”
Cito:
 
“Fruto del aleteo de un sueño
en esas noches que fueron una fiesta,
abro la ventana
y amorosa escucho el silencio
de lo que el ave que misteriosamente cantaba
no me dice.”

Difiero de la voz poética, puesto que esta ave misteriosa, sí nos cuenta las impresiones de  un paisaje emocional cargado de recuerdos, esperanzas y deseos que se adivinan a través de unos versos que se derraman como gotas exquisitas en la boca del lector.
Este hermoso manuscrito impecablemente editado, está divido en cinco partes tituladas: Desvaríos, Manto confuso, En el quicio del alma, El sonido del viento e Involuntaria procesión. Todas ellas maravillosas. Ha sido un verdadero deleite leer esta bellísima colección de poemas y relatos cortos, que nos lleva por un recorrido emocional, lleno de subjetividad, pasiones y en ocasiones nostalgias de un porvenir que pudo ser y no fue.

Dentro de estos poemas breves, pero de gran complejidad, deambulamos por los paraísos resemantizados de los cuentos de hadas y los relatos infantiles. Espejos mágicos, zapatos, castillos, Alicias y príncipes del reino de las maravillas deambulan por las páginas como parte de un escenario de relaciones amorosas utópicas y distópicas, que seguramente todos los que nos encontramos en esta sala hemos vivido, en los mejores casos, o al menos imaginado.
En un peculiar juego de palabras, los espejos se diferencian claramente de los espejismos, puesto que como indica el “DESVARÍO VIII”

“La diferencia entre espejo y espejismo
es que en el espejo me veo yo
y en el espejismo te veo a ti.”


También los zapatos resultan arrojados  a la espera de que el ser amado los encuentre. Y aquí me voy a otro de los poemas que es “NOSTALGIA II”
 
“Extraño el zapato que dejé tirado en la escalera de tu corazón.”

Los príncipes de estos cuentos se quedan momentáneamente, pero no para siempre, ya que como dice la propia  kikey:  
“Las historia imposibles hacen su nido en las miradas perdidas que cruzan laberintos para llegar o irse.”

Parece que en esta educación o mejor dicho deseducación sentimental, los cuentos de hadas no resultan de gran utilidad, ya que las ilusiones depositadas en los caminos del amor, no siempre pueden regresar a su plenitud. Ni siquiera los niños de la casita de chocolate salen victoriosos, pues como afirma la voz poética en la NOSTALGIA III:

“De qué me sirvió leer Hansel y Gretel
si no advertí que esas migajas que íbamos dejando
iban a comérselas los pájaros y el tiempo”

No nos equivoquemos, nos encontramos aquí con las impresiones de viaje de una mujer con una vida plena, capaz de ver los espacios del pasado y del presente, sin tules que disimulen la realidad, una realidad que también es trasiego, tránsito y llegada, con maletas a lugares deseados e insospechados. Quién dijo que no podemos dibujar el mundo en que queremos vivir a nuestra medida:

“La circunferencia sirvió para comenzar a dibujar el mundo. En ese espacio, Sofía puso lagos, montañas, árboles, ríos, unas casas, la sonrisa de su abuela, la casa de su amigo Roberto y los peces que un día compró en la feria. Ahí puso todo, mientras su abuela bebía el contenido de la lata y cuando comenzó a llover, muy contentas corrieron a resguardarse bajo uno de los árboles que dibujó Sofía.


Si una sensación permanece  a lo largo del poemario, es la incombustibilidad de una voz poética que existe con total intensidad y sin concesiones. La búsqueda de la belleza en lo cotidiano y los deseos de vivir, conocer y explorar, permanecen constantes, capaces de sobrevivir a cualquier terremoto emocional o geográfico. El mapa se transforma, cambia y queda listo para un nuevo asedio. Hay mil mares, excitantes lugares y mundos por recorrer, pero siempre llevando consigo un equipaje cargado de afectos y cotidianidades.
En cuanto a su estilo, como una arquitecta del verbo, Kikey construye edificios de factura impecable, donde la parquedad de las letras, en un afán conceptista, crea juegos de ingenio que fascinan al lector. A través de un lenguaje sencillo y asequible logra transmitir conceptos de gran complejidad, que impregnan de sentidos sorpresivos  la cotidianidad.
Ya para concluir, en su tercer libro en solitario ALETEO DE UN SUEÑO, la autora re-escribe un diccionario en el que las palabras adquieren nuevos significados fruto de las experiencias vividas y quizás, soñadas.
Invito al lector o a la lectora  a que transite estas páginas a modo de cartografía sentimental, donde al recorrer los caminos del alma, nos podemos encontrar con quieres fuimos y con quienes queremos ser.



#Aleteodeunsueño 

martes, 16 de abril de 2019

Al lado tuyo; 
alado, tuyo.

@Tuiterodactilo

L SE VA"
Técnica: impresionismo involuntario
Foto: Kikey


AGONÍA : No querer decir adiós.



                                               Dante Camacho                                                "El sexo débil"

jueves, 21 de marzo de 2019

domingo, 17 de marzo de 2019

Arranqué dos estrellas que no son tus ojos
dibujé dos pétalos que no son tus labios
recorrí un camino oscuro que no es tu piel
me perdí, pues



Marcia Trejo "Kikey"
UNA MUJER SALE DE SU COCHE
(Milan Kundera)

Un coche pequeño avanza por la calzada a lo largo de un río. El aire frío de la mañana hace aún más huérfano ese paisaje sin encanto, en algún lugar entre la periferia de una ciudad y el campo, allá donde escasean las viviendas y ya no se encuentran peatones. El coche se detiene encima del arcén; sale de él una mujer joven, bastante guapa. Es extraño: ha empujado la puerta con un gesto tan negligente que el coche seguramente no ha quedado bien cerrado. ¿Qué significa esa negligencia tan improbable en tiempos de robos? ¿Será tan distraída?
No, no da la impresión de ser distraída, al contrario, su cara revela más bien determinación.
Esa mujer sabe lo que quiere. Esa mujer es toda ella voluntad. Camina unos cien metros por la carretera hacia un puente sobre el río, un puente bastante alto, estrecho, prohibido a los coches. Ella empieza a cruzarlo hacia la otra orilla. Mira varias veces a su alrededor, no como una mujer a quien alguien esperara, sino para cerciorarse de que nadie la espera. En medio del puente, se detiene. A primera vista, parece que dude, pero no se trata de duda, de falta de determinación, muy al contrario, es el momento en que su concentración se intensifica y su voluntad se obstina aún más. ¿Su voluntad? Para ser más exacto: su odio. Sí, ese instante de aparente duda es de hecho una llamada a su odio, para que éste permanezca en ella, la sostenga, no la abandone un solo instante.
Pasa las piernas por encima de la barandilla y se tira al vacío. Al final de la caída la tensa superficie del agua la golpea brutalmente; aún paralizada por el frío, tras largos segundos ella levanta la cabeza y, como es buena nadadora, todas sus reacciones automáticas se rebelan contra su voluntad de morir. Sumerge de nuevo la cabeza, se esfuerza por aspirar el agua y bloquear la respiración. En ese instante, oye un grito.
Un grito que le llega del otro lado del río. Alguien la ha visto. Comprende que no será fácil morir y que su peor enemigo no será su propio e incontrolable reflejo de buena nadadora, sino alguien con quien ella no contaba. Se verá obligada a luchar. A luchar para salvar su muerte.


ELLA MATA

Ella mira en la dirección del grito. Alguien se ha tirado al río. Reflexiona: ¿quién será más rápido, ella en su determinación de permanecer bajo el agua, de aspirar agua, de ahogarse, o el que se acerca? Cuando ella esté a punto de ahogarse, con agua en los pulmones, y por tanto debilitada, ¿no será una presa aún más fácil para su salvador? Él la arrastrará hasta la orilla, la dejará tendida en el suelo, extraerá el agua de sus pulmones, le hará el boca a boca, llamará a los bomberos, a la policía, y la salvarán y ridiculizarán para siempre.
—¡Deténgase, deténgase! —grita el hombre.
Todo ha cambiado: en lugar de hundirse en el agua, levanta la cabeza y respira profundamente para concentrar sus fuerzas. Él ya se encuentra ante ella. Es un joven, un adolescente que querrá hacerse famoso, ver su foto en los periódicos y que repite sin parar: «¡Deténgase, deténgase!». Él estira ya la mano hacia ella, y ella, en lugar de esquivarla la agarra, la aprieta y la empuja hacia el fondo del río. Grita una vez más «¡Deténgase!», como si fuera la única palabra que supiera decir. Pero ya no volverá a decirla; ella le ha agarrado el brazo, lo empuja hacia el fondo, luego se estira de espalda cuan larga es sobre el adolescente para que su cabeza permanezca hundida en el agua. Él se defiende, se sacude, ya ha aspirado agua, intenta golpear a la mujer, pero ella permanece firme, estirada encima de él, de tal manera que él ya no puede sacar la cabeza para respirar y, tras largos, muy largos segundos, deja de agitarse. Ella lo mantiene así un poco más, podría incluso decirse que, cansada y temblorosa, descansa encima de él; luego, segura de que el hombre al que mantiene debajo ya no se moverá, lo suelta y se vuelve hacia la orilla de donde ha venido para no conservar dentro de sí ni la sombra de lo que acaba de ocurrir.
Pero ¿cómo? ¿Acaso ha olvidado su propósito? ¿Por qué no se ahoga si el que ha intentado robarle la muerte ya no vive? ¿Por qué, una vez libre, ya no quiere morir?
La vida que casualmente ha reencontrado ha sido como un golpe que hubiera quebrantado su propósito; ya sin fuerzas para concentrar su energía en su propia muerte, tiembla; despojada repentinamente de toda voluntad, de todo vigor, nada como una autómata hacia el lugar donde había abandonado el coche.

ELLA VUELVE A CASA

Poco a poco siente que el agua ya no es profunda, apoya los pies en el fondo, se pone de pie; pierde los zapatos en el fango, carece de fuerza para buscarlos; sale del agua descalza y sube hacia la carretera.
Al redescubrir el mundo, éste le muestra su cara más inhóspita y enseguida es presa de la angustia: ¡las llaves del coche! ¿Dónde estarán? Su falda no lleva bolsillos. Si uno va hacia la muerte, no le preocupa lo que ha dejado en el camino. Cuando salió del coche, el porvenir había dejado de existir. Ella no tenía nada que ocultar. En cambio ahora, de repente, hay que ocultarlo todo. No hay que dejar huellas. La angustia es más y más acuciante: ¿dónde estarán las llaves?, ¿cómo llegaré a casa?

Se acerca al coche, tira de la puerta que, ante su asombro, se abre. Las llaves la esperan abandonadas en el salpicadero. Se sienta al volante y apoya los pies descalzos y mojados en los pedales. Sigue temblando. También tiembla de frío. El agua sucia del río se escurre de la blusa y de la falda empapadas. Le da la vuelta a la llave y se va.

El que quiso imponerle la vida ha muerto ahogado. Y aquél a quien ella había querido matar en su vientre sigue vivo. La idea del suicidio ha quedado anulada para siempre. Sin repeticiones. El joven ha muerto, el feto vive, y ella hará cualquier cosa para que nadie descubra lo que ha pasado. Tiembla y su voluntad se despierta; ya no piensa sino en su porvenir inmediato: ¿cómo salir del coche sin que nadie la vea? ¿Cómo pasar desapercibida, con su vestido empapado, delante de la garita del portero?





La fiesta de la insignificancia
Milan kundera

jueves, 14 de marzo de 2019

Al principio uno no es o no sabe
luego sabe y es
luego no sabe si es
y no sabe si sabe.

Es inevitable

somos promesa
esperanza,
milagro
belleza
y alguna tarde
pedacitos de pétalos que vuelan
sueños rotos que caen en el olvido.




Marcia Trejo "kikey"

martes, 12 de marzo de 2019

...se aleja
y yo lo miro
lo huelo
dejando ese aroma a hierba recién cortada
miro la ligereza de su paso
como meciéndose en el viento
y mi corazón se hace pequeño
él se va triste
yo me quedo triste
con la tristeza de un potro huérfano
que me galopa dentro.


Martha Favila
(fragmento)
Así pasó el tiempo,
como un tren de solo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.

Luego nos dimos cuenta de todo,
de que aquel verano en realidad fuiste mía
de que mi vida estaba a tu nombre,
pero como suele pasar
nos dimos cuenta tarde.



Marwan

domingo, 27 de enero de 2019

Levantar la cosecha
es recoger gustosa
el montón de sonrisas
que pusiste en mis labios,
mirar el horizonte 
y saberlo poblado de palabras
y colores de pájaros
y querer tras la tarde
recostar mis pupilas
en esos ojos negros
que una vez fueron faro,
que una vez fueron fuego.

Sembrar,
por otro lado,
es tener la esperanza
de que de las semillas
que yo puse en tu alma
nazca quizá
una flor.

Marcia Trejo "Kikey"

viernes, 25 de enero de 2019


ORSO ARREOLA
(Hijo de Juan José Arreola),
en Ciudad Guzmán (Zapotlán), enero 2019

miércoles, 23 de enero de 2019

HOUIDINI, EL ESCAPISTA

Fue ilusionista, atleta, contorsionista y cerrajero. Se hizo llamar Houdini, creó el número del escapismo y fue el mejor escapista de todos los tiempos. En pueblos y ciudades promocionaba su acto desafiando al jefe de policía o de la prisión local a mantenerlo encerrado. Escapó de cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, todo tipo de esposas, barriles, cajas, baúles, bidones, bolsas, sacos, ataúdes, jaulas y habitaciones cerradas. Y sin embargo, yo conseguí atraparlo aquí, para ustedes, para siempre.


Ana María Shua