sábado, 26 de agosto de 2023

    Me gusta tomar fotos de fachadas, construcciones y espacios descarapelados y poniéndome caléndula en la mano me di cuenta de que yo también me descarapelo frecuentemente. Alguna conexión habrá. Incluso un día hace mucho escribí este haikú que habla de otro descarapele:



descarapela
el viento de la pena
los corazones

 Palabras en la presentación del libro ALETEO DE UN SUEÑO
de Marcia Trejo "Kikey"

Por: Ana María Arias Servín

¿Los poetas nacen?, o los transforman las hadas del bien decir ¿Se fraguan en el vientre del soneto y la armonía?, o fueron el amor, la nostalgia o el silencio de los adioses quienes los empujaron a rebuscar esas palabras, que bajo el encanto de su pluma parecieran de cuño nuevo.

Hoy que tengo la oportunidad de estar ante una excelente poeta, esto le preguntaría. Ella rubrica su presencia diciendo: “Soy una mujer que vive de versos y de frases sueltas”, pero me gustaría saber cómo adquirió el don de atraparlos, de plasmarlos, de darles nombre y obsequiarlos a quien tenga ojos para leerlos u oídos para dejarse arrullar por ellos.

Marcia Trejo Vega, Kikey, hoy es el personaje en torno a quien reflexionamos sobre su trabajo poético engarzado bajo el título de Aleteo de un sueño, y aunque ella también tiene en su haber cuentos y otros textos, cualquiera de sus versos y frases sueltas, valen por páginas enteras porque al leerlas el lector queda satisfecho, buscándose a sí mismo como si de un espejo se tratara, como si la escritora fuese intérprete de sus sentimientos, o ella, con un retazo de mirada le diseñara un vestido a la medida de su alma.

Ya nada detiene esa parvada de besos

-quizá vuelvan en primavera-

Escribe Marcia y al leerla, cada uno le ponemos rostro al recuerdo que no dejamos ir y a la esperanza del regreso.

Lo mismo pasa cuando nos dice en su Desvarío número siete:

Tejo con silencios lo que podría decirte. Lo que no puedo decirte ya lo sabes.

Y en ese enigma nos envolvemos los lectores sabiendo y callando, qué se podría decir que no se haya dicho de muchas otras formas.

Los poetas como Kikey son también magos, psicólogos, adivinos, puesto que al revelarnos su sentir tan sutilmente, nos descubren, sabiendo de antemano lo que sus lectores lloran y esconden, y también son generosos porque se desprenden del verso que quizá les llevó noches en vela, sólo para que quien lo lea o escuche, sienta que era suyo de siempre, que lo tenía en mente, en la punta de la lengua o en la orilla de la pestaña y tan es así, que una vez que uno lo encuentra como algo extraviado, lo recoge y corre a entregárselo a quien lo estuviera necesitando cuál bálsamo atrayente, cuál vitamina rejuvenecedora, cual agua bendita que perdone sus faltas; corre con su verso entre las manos hacia el mar de la adversidad sabiéndose a salvo con él.

Los textos de Kikey vertidos en Aleteo de un sueño, son universales, como cualquier abrigo en invierno, cualquier invierno, cualquier abrigo. Son de lectura imprescindible para disfrutar del encanto de la palabra escrita, para abrevar del pensamiento femenino, remanso de tranquilidad en una sociedad convulsa y desasosegada.

Esta tarde literaria nos entrega la oportunidad de regresarnos a casa sobre el Velero Mariposa de Marcia Trejo:

Velero mariposa

Transparencia que el viento desliza sobre el brillo agitado
Que refleja unas nubes de efímero blanco
Allá ellos
A la orilla del muelle
Regalando palabras que el viento teje
Allá el Sol que tierno acaricia las miradas
Y en ellas todo
Y allá
Más allá
El momento soleado
Que en el cristalino vaivén
Suena mágico
E irrepetible.

Gracias.