lunes, 27 de mayo de 2019



Hay tanto siempre
que no llega nunca
tanta osadía
tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra

y viceversa

Vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza

En qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente
Vuelvo y se distribuye en mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

Propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silvando por el santo y seña
y el puente de la duda
me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

Tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

Vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi seño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

Vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora
todos estamos rotos pero enteros
diesmados por perdones y resavios
un poco más gastados y más sabios
más viejos y sinceros

Vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia, en mis calles, en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

Vuelvo, quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.


Daniel Viglietti

domingo, 12 de mayo de 2019


Compré una caja
cuando la pedí pensaba en hacerte en un regalo
cuando la pagué dudé si querrías recibirlo
cuando salí de la tienda quise llamar para preguntarte
cuando subí a mi coche miré la caja y pensé en que
estaba vacía, sentí pena por ella.
Miré hacia adentro y me di cuenta de que no había un regalo
que no había nada, luego noté que tu teléfono se había borrado del mío
después sentí el piso bajo mis pies y supe que mi carro había desaparecido,
El cielo sí estaba, era lo único que estaba cuando tomé la caja y la rompí
se escuchó un llanto, no podría asegurar que era el mío, 
incluso llegué a pensar que era el tuyo
llegué a soñar que habías vuelto
llegué sentir que me mirabas
y llegué a suponer que estabas aquí porque te habías dado cuenta
de que tu vida era mejor conmigo
de que la mía era mejor contigo
o de que juntos éramos más felices
y en ese momento, justo en ese momento 
cuando pensé en que juntos éramos más felices
me di cuenta de que estaba sola y de que el llanto sí era el mío.


Marcia Trejo "Kikey"
13 de mayo 2012

domingo, 5 de mayo de 2019



Texto presentación de la Dra. Silvia Ruiz-Tresgallo
para ALETEO DE UN SUEÑO de Marcia Trejo “Kikey”


Marcia Trejo, también conocida como Kikey es una amante de los libros y las palabras en todas sus formas, disfraces y colores. Queretana de nacimiento y viajera de vocación, Kikey transita por el espacio en blanco, con la misma soltura que por la cartografía de un mundo que para ella no tiene fronteras. La actividad de esta mujer incansable, escritora, maestra de literatura, bibliotecaria de la Universidad Autónoma de Querétaro, actriz de los Cómicos de la Legua, productora y locutora del programa musical Espiral, entre otras ocupaciones, hacen de esta singular poeta y narradora una guardiana de las palabras, no porque las retenga para sí, sino porque las regala para uso y disfrute de aquellos afortunados que la quieren escuchar y leer.

Para iniciar esta presentación me gustaría aludir, al poema que da título a su tercer libro en solitario Aleteo de un sueño, titulado “DESVARÍO V”
Cito:
 
“Fruto del aleteo de un sueño
en esas noches que fueron una fiesta,
abro la ventana
y amorosa escucho el silencio
de lo que el ave que misteriosamente cantaba
no me dice.”

Difiero de la voz poética, puesto que esta ave misteriosa, sí nos cuenta las impresiones de  un paisaje emocional cargado de recuerdos, esperanzas y deseos que se adivinan a través de unos versos que se derraman como gotas exquisitas en la boca del lector.
Este hermoso manuscrito impecablemente editado, está divido en cinco partes tituladas: Desvaríos, Manto confuso, En el quicio del alma, El sonido del viento e Involuntaria procesión. Todas ellas maravillosas. Ha sido un verdadero deleite leer esta bellísima colección de poemas y relatos cortos, que nos lleva por un recorrido emocional, lleno de subjetividad, pasiones y en ocasiones nostalgias de un porvenir que pudo ser y no fue.

Dentro de estos poemas breves, pero de gran complejidad, deambulamos por los paraísos resemantizados de los cuentos de hadas y los relatos infantiles. Espejos mágicos, zapatos, castillos, Alicias y príncipes del reino de las maravillas deambulan por las páginas como parte de un escenario de relaciones amorosas utópicas y distópicas, que seguramente todos los que nos encontramos en esta sala hemos vivido, en los mejores casos, o al menos imaginado.
En un peculiar juego de palabras, los espejos se diferencian claramente de los espejismos, puesto que como indica el “DESVARÍO VIII”

“La diferencia entre espejo y espejismo
es que en el espejo me veo yo
y en el espejismo te veo a ti.”


También los zapatos resultan arrojados  a la espera de que el ser amado los encuentre. Y aquí me voy a otro de los poemas que es “NOSTALGIA II”
 
“Extraño el zapato que dejé tirado en la escalera de tu corazón.”

Los príncipes de estos cuentos se quedan momentáneamente, pero no para siempre, ya que como dice la propia  kikey:  
“Las historia imposibles hacen su nido en las miradas perdidas que cruzan laberintos para llegar o irse.”

Parece que en esta educación o mejor dicho deseducación sentimental, los cuentos de hadas no resultan de gran utilidad, ya que las ilusiones depositadas en los caminos del amor, no siempre pueden regresar a su plenitud. Ni siquiera los niños de la casita de chocolate salen victoriosos, pues como afirma la voz poética en la NOSTALGIA III:

“De qué me sirvió leer Hansel y Gretel
si no advertí que esas migajas que íbamos dejando
iban a comérselas los pájaros y el tiempo”

No nos equivoquemos, nos encontramos aquí con las impresiones de viaje de una mujer con una vida plena, capaz de ver los espacios del pasado y del presente, sin tules que disimulen la realidad, una realidad que también es trasiego, tránsito y llegada, con maletas a lugares deseados e insospechados. Quién dijo que no podemos dibujar el mundo en que queremos vivir a nuestra medida:

“La circunferencia sirvió para comenzar a dibujar el mundo. En ese espacio, Sofía puso lagos, montañas, árboles, ríos, unas casas, la sonrisa de su abuela, la casa de su amigo Roberto y los peces que un día compró en la feria. Ahí puso todo, mientras su abuela bebía el contenido de la lata y cuando comenzó a llover, muy contentas corrieron a resguardarse bajo uno de los árboles que dibujó Sofía.


Si una sensación permanece  a lo largo del poemario, es la incombustibilidad de una voz poética que existe con total intensidad y sin concesiones. La búsqueda de la belleza en lo cotidiano y los deseos de vivir, conocer y explorar, permanecen constantes, capaces de sobrevivir a cualquier terremoto emocional o geográfico. El mapa se transforma, cambia y queda listo para un nuevo asedio. Hay mil mares, excitantes lugares y mundos por recorrer, pero siempre llevando consigo un equipaje cargado de afectos y cotidianidades.
En cuanto a su estilo, como una arquitecta del verbo, Kikey construye edificios de factura impecable, donde la parquedad de las letras, en un afán conceptista, crea juegos de ingenio que fascinan al lector. A través de un lenguaje sencillo y asequible logra transmitir conceptos de gran complejidad, que impregnan de sentidos sorpresivos  la cotidianidad.
Ya para concluir, en su tercer libro en solitario ALETEO DE UN SUEÑO, la autora re-escribe un diccionario en el que las palabras adquieren nuevos significados fruto de las experiencias vividas y quizás, soñadas.
Invito al lector o a la lectora  a que transite estas páginas a modo de cartografía sentimental, donde al recorrer los caminos del alma, nos podemos encontrar con quieres fuimos y con quienes queremos ser.



#Aleteodeunsueño