lunes, 21 de marzo de 2022

Abandono la guerra subo a mi par de alas y escapo hacia ninguna parte pequeños poemas vuelan a mi lado no puedo verlos, aunque los oigo susurrar y sé que son poemas porque elevan mi vuelo desatan mi cabello y lo trenzan con listones de esperanza

...atacaron un centro comercial en Ucrania
...un hombre aceptó haber matado a una mujer que era su pareja
...en la carretera un trailero se baja con una barra metálica
amenaza al automovilista que está delante de mí, este último se baja y saca algo de su cajuela, pienso que -ojalá no sea una pistola-, no era, era una palo con el que pensaba defenderse
alcanzamos a huir. ...mataron a una mujer
...mataron a una niña
...mataron a una joven
...mataron a un periodista
...mataron a otro periodista
...mataron a otros periodistas
...murió una persona querida
...murió una persona querida
...murió una persona querida
...incomprensibles tantas cosas
sigo volando
tratando de escapar aunque no haya a dónde
afortundamente también hay cielos despejados
agua, ojos amorosos, jacarandas ahora,
hay tantas cosas bellas casi siempre
me aferro a los poemas que me acompañan
me aferro a los listones que amarran mi cabello
cierro los ojos


Marcia Trejo "Kikey"

Texto de Marcia Trejo "Kikey"
para la presentación de 
LAS COSAS DE VOLAR de Raúl Ángeles  

Qué alegría es siempre venir a La Gaviota Teatro, y poder ser testigo de la magia nacida de la creatividad, la pasión, el talento, el trabajo constante y la convicción. 

Hoy estamos reunidos especialmente para celebrar LAS COSAS DE VOLAR un libro de 3 obras de teatro para niños de la autoría de Raúl Eduardo Ángeles Flores, quien ha escrito más de 20 piezas de dramaturgia como “En busca de Makook” “Colibrí, o la misteriosa historia de cómo se apagó el sol”, “Eureka”, “Todos somos Leonardo”, “¿A dónde se fue la luz?”  “Detectives del medio ambiente”, “Terremotos y huracanes” y “Hasta la última gota”, entre otras.  

Pero hablemos un poquito de Raúl. Leí que en el municipio de Jalpan de Serra, donde pasó sus primeros años, vio una vez una obra que lo sorprendió y emocionó hasta el punto de darse cuenta de que él quería dedicarse a eso. El grupo que presentaba esa obra se llama Cómicos de la Legua de la UAQ, y la anécdota me emociona especialmente porque tengo el honor y el gusto de pertenecer a esa agrupación y porque yo antes de formar parte de ella, también como Raúl, cuando era niña, los vi varias veces e igualmente me emocioné e inspiré. Y aquí cabe anotar que la infancia es ese espacio fértil para esparcir semillas que luego con sus frutos puedan hacer un mundo más interesante y ojalá más bello.  Y con eso nos echa la mano Raúl, un artista que se dedica al arte escénico de muchas formas: como actor, tramoyista, carpintero, ilustrador, músico, hacedor de títeres, marionetas y otros objetos y por supuesto destacadamente como dramaturgo.


Raúl lleva alrededor de 2 décadas dedicado al teatro, lo he disfrutado enormemente en sus distintos roles y ahora disfruto saber que existe un libro que deja constancia escrita de su dramaturgia. 

“Capitán estrella”, “Las cosas de volar” y “Máquina 2520”, las tres obras del libro que esta noche presentamos, como los anteriores trabajos de Raúl, están llenas, como él mismo lo ha dicho: de valores y de esas vivencias con sus abuelos, que ahora tienen forma de diálogos, emociones, páginas, acotaciones, escenas, historias de y para todos, en las que la fantasía va a despertar la imaginación de chicos y grandes.  

En todas sus piezas teatrales Raúl comparte su interés y conocimiento por y de la ciencia, la historia, el arte y la magia del cariño. La relación con sus abuelos ha inspirado mucho de su trabajo. Capitán estrella narra la aventura que un abuelo y su nieto tienen en el espacio. Y uno de los tantos párrafos bellos de la obra dice: “Hace mucho tiempo, cuando el hombre no era todavía como lo conocemos, y te estoy hablando de muchos miles de años, se preocupaba solo por comer y dormir. Eso hacía todo el tiempo: sobrevivir. Pero un día, uno de ellos miro al cielo, y entonces comenzó la magia.” 


Leer esto me hizo pensar precisamente en el teatro, en obras como las de Raúl, que sacan a cualquiera de una vida rutinaria para decirle, mira, asómate, aquí, ahí o allá hay una magia, que puede enriquecer tu vida.  

Las cosas de volar, otra de las obras y que da título al libro, está inspirada en la abuela de Raúl, quien hacía pasteles y los embetunaba.

Es un simil del Quijote, pero en esta historia la protagonista no enloquece por leer libros de caballería, sino por leer recetas de cocina, y junto con su nieta comienza una aventura por ese delicioso espacio de la casa. 

En alguna parte de la historia, una mañana la abuela le invita un café con pan a su nieta, y como no hay conchas le ofrece un medio ojo, la nieta dice; No gracias, no me apetecen los ojos en este momento, pero la abuela le aclara: Así se llama. La nieta contesta: Hubiera sido más fácil que le pusieran pan con orilla dura y centro suavecito. Estoy segura de que se hubieran evitado muchos traumas de la infancia. Pero la abuela le dice: Todo necesita un poco de magia e imaginación”. Y con esa imaginación estas dos mujeres dejan de ser la abuela Cleofas y su nieta Alí, para volverse la señora Quijota de la Sierra y Sancha Panza, quienes además en algún momento de sus andanzas interactuarán con un títere llamado Dulcineo. 

Máquina 2520, la tercera obra del libro, está enmarcada en los tiempos de la revolución mexicana y también inspirada en el abuelo de Raúl, este abuelo que guardaba en una caja metálica de chocolates canicas de colores que les regalaba a sus maravillados nietos. En esta historia el abuelo de María es maquinista y ella va todos los domingos a verlo llegar en la máquina 2520, hasta que un día empieza la Revolución y la máquina tarda en regresar. Antes de irse, el abuelo le pide a María que se vaya a su casa, porque ahí estará segura, pero ella no obedece y va infructuosamente a esperarlo todos los domingos. Ella nunca ha viajado en tren pero los conoce muy bien por lo que le cuenta su abuelo. 

En una escena de las tantas muy lindas que hay en la obra, cuando se reencuentran, el abuelo le cuenta a su nieta que alguien le dejó su maleta, alguien que dijo ser un artista, y el abuelo se pregunta, cómo puede alguien ser un artista en estos tiempos, a lo que se responde: con imaginación, fantasía y volviendo a ser niños. Luego le cuenta a su nieta que abrió el maletín que traía una nota que decía; “Seguro no faltará a quién le sirvan”.

 -Y qué había, -pregunta la nieta-.

-Averígualo tú misma, -le dice el abuelo.  -

-Qué son?

-títeres

-títeres? 

-Sí, a mí también me dejó pasmado, dice el abuelo, me explicó que son muñecos que uno controla y a los que uno da vida. Pueden convertirse en lo que uno quiere que sean y cuentan historias. 

Esta parte me hizo sonreír, porque era inevitable que los títeres aparecieran en la obra de Raúl y me encanta la manera en la que lo hacen. 

Es muy difícil terminar un libro, incluso una historia breve. Siempre hay algo que agregar o quitar. De esto Raúl dice que considera a las historias siempre inacabadas, porque para él, el teatro “sucede por primera y única vez cada vez que sus personajes toman el escenario. Así que cada presentación es una oportunidad de tomar apuntes sobre las reacciones de las y los niños, quienes desde las butacas interactúan con los títeres e incluso, añaden elementos a la historia". 

Es por eso que tiene aún más mérito, haber podido capturar estas obras y meterlas en un libro que afortunadamente otros podrán leer y llevar a un escenario.

En esta publicación, podemos recordar los mágicos regalos de los abuelos, hacer un viaje por la cocina o buscar la estrella más brillante y preguntarnos como se preguntó Raúl: Qué depositas en una estrella, qué hay para cada uno en alguna, cuál es tu estrella más brillante? y cómo al encontrarla debemos procurarla y protegerla. 

Raúl dice que El teatro también se lee, y la invitación es a que puedan entrar a este libro y habitarlo.  

Y yo mucho más podría decir del trabajo de Raúl, de este libro y del teatro para niños, pero voy a despedirme con otra pequeña parte de "Las Cosas de volar". 

En la obra El capitán estrella, abuelo y nieto hablan de una bitácora que lleva el viajero, y el abuelo pregunta -cuándo se termina la bitácora, - cuando se aprende todo, dice el nieto.

Y como afortunadamente siempre seguimos aprendiendo, queda abierta la bitácora de Raúl, este dramaturgo viajero del que esperamos próximas publicaciones.


 

Marcia Trejo Vega "Kikey"

19 marzo 2022  
#LASCOSASDEVOLAR #TEATRO #DRAMATURGIA

 

sábado, 5 de marzo de 2022

Pronóstico: emoción nerviosa con temores aislados.

La epidermis respira agitadamente,
confuso momento que disuelve
el contorno de tu cuerpo
teatro de sombras
intermedio callado
una neblina triste que desciende
desdibuja los ojos y los pasos
y ya no sé si estás
o te presiento.


Marcia Trejo "Kikey"