lunes, 4 de noviembre de 2013


Qué pretensión la mía. Que te acuerdes mis palabras, de mis gestos, de mis entusiasmos, con la misma fuerza con que yo me acuerdo del tono exacto de tus ojos, como de miel oscura, casi transparentes cuando mirabas al sol, casi negros cuando la media luz y el deseo te agrandaban las pupilas.

 



Ana María Shua
"La muerte como efecto secundario"

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