miércoles, 26 de mayo de 2010


TRAMAS EN VEZ DE VERSOS



En este poema
un hombre va
caminando.
No se sabe
por dónde entró:
ya estaba en movimiento

cuando bajó el poema como una atmósfera,
como un capelo transparente.

Al llegar al borde del capelo
el hombre choca, choca con él
pero no bruscamente, no le duele:
es más bien una especie
de blanda resistencia en contra de su cara.

El hombre da la vuelta
y sigue
caminando.
Gira sobre sí mismo varias veces.

Hasta que se fatiga y se detiene.
Se sienta en el borde, desconcertado.
Agacha la cabeza, se abraza las rodillas.

Cuando cierra los ojos
el poema desaparece.




Eduardo Casar

.


No hay comentarios.: