martes, 14 de agosto de 2012




Cada silencio
en la noche
se multiplica.
Se vuelve voz
y canta y dice
lo que calla.
Tu ausencia
es una sombra
que crece en mí
como una tenaz
enredadera.

Como una noche
dentro de mi noche,
hojas muy obscuras
de más negros enveces
me trepan
mientras
crecen
y se despliegan.

Cada silencio
estalla
cada noche
cansada
de sí misma
sin saber
de ti, 
sin saberlo
todo.

Cada silencio
encalla
sin decirlo
en esta
afilada orilla
y este arrecife
oculto, cruento,
bajo el agua
fresca, iluminada
de tu nueva
lejanía.

Ausencia,
grita
el lago
del espejo,
más breve
que mi sed
de ti.

Ausencia,
grita si le doy
la espalda,
-cree que así
me llamo.

Y grita,
cada silencio
a la deriva
hasta que
el silencio 

en silencio
se desvanece
bajo el agua
corriente

del día.

Y así te adoro,
lentamente,
en el silencio
de tu cuerpo

invocado,
haciéndote el amor
con las manos
extendidas, 
vacías,
hasta que amanece.



Alberto Ruy Sánchez

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