miércoles, 6 de junio de 2012




     Así como las canciones las debieron inventar las madres arrullando a sus hijos y sembrando en las huertas, los cuentos fueron siempre y siguen siendo las historias que traen los viajeros después de travesías arriesgadas, el relato de los sobrevivientes que vuelven de las guerras, de las catástrofes y de la perdición.
    Todavía en nuestro lenguaje coloquial decimos que alguien habla más que un perdido cuando lo encuentran, tan poderosa es esa necesidad de compartir los recuerdos, de entender lo que ha pasado reconstruyéndolo en palabras.


William Ospina

(escritor colombiano)
"La lámpara maravillosa"

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