sábado, 10 de septiembre de 2011


No encallar, sino navegar en el desierto: que la quilla sea arado para abrir los labios de la arena. Navegar, no importa a donde, por dónde o para qué. Solo por no encallar, por no callar, por seguir adelante, porque hay viento en las velas, sangre en las venas... cosas así.


Oscar de la Borbolla


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