domingo, 4 de septiembre de 2011


AUTOBUSES DE PASO



. . .
Yo venía de regreso de un agotador y maravilloso viaje a una isla del Caribe. El vuelo, la aduanas, las esperas y las despedidas me habían agotado.

. . . El último pequeño viaje era en autobús, camino a casa finalmente, camino al final de la aventura, al mundo rutinario de toda una vida y muy probablemente a la soledad. Me quedé dormida.
. . . Más tarde desperté ligeramente y descubrí la mano de mi compañero de asiento recorriendo mi pierna, la sorpresa me hizo moverme y voltear violentamente. Él retiró la mano, pero yo estaba adormilada y volví a acomodarme en mi sitio mirando hacia la ventana. Después fingí dormir mientras él acariciaba mi cuerpo y di vuelta una y otra vez ofreciéndole una piel que él recorrió con suavidad hasta que la terminal de autobuses apareció frente a nosotros, la oscuridad se terminó y yo "desperté" mientras él se retiraba de mi cuerpo.
. . . Salimos del camión como dos desconocidos evitando mirarnos. Subí a un taxi para ir a mi casa. Llevaba una sonrisa en mi cara, pero poco a poco se fue convirtiendo en una terribles ganas de llorar.



Marcia Trejo (kikey)

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