martes, 9 de agosto de 2022

Cándida

Mi madre descifró para mis ojos
el lenguaje de las estrellas
Depositó en  mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre

A usar el ajo en la comida
a medir el dulce y la canela
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla

Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo trascurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es “un desaparecido”
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar a un desparecido.


Imelda Pineda

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