jueves, 10 de septiembre de 2015

Una noche hace años, un hombre irrumpió en mi vida. Qué inesperado evento, el hecho en sí y el hecho de que fuera justamente él.
Aquella noche el mundo se detuvo un momento en un remolino de besos y luego el remolino levantó un tornado y una tormenta,  pero en general había provocado más bien el nacimiento de algo hermoso. Ese viento no sabía que estaba avivando un fuego bueno, que estaba haciendo crecer flores, que estaba calentando la tierra.
Ese hombre se volvió un fantasma, que aparecía -como es costumbre- especialmente por las noches... y las flores seguían creciendo.
Quién sabe qué tan ajeno estaría él a esa magia que generaba su presencia, porque cada uno, - ya se sabe - tiene sus objetivos ,sueños y necesidades y así va por la vida, creyendo convivir pero construyendo su propio castillo de arena

y yo construí uno, es cierto, pero no lo habría hecho si él no me hubiera llevado a la playa, si la luna no hubiera alumbrado nuestras noches, si él no hubiera sido esa ola que se va pero vuelve.
Claro, un castillo de arena existe y luego nada, pero quien lo ve sabe que ahí puede vivir una mujer como una reina, y ser feliz aunque sea un ratito, aunque en cualquier momento todo lo desaparezca el agua salada. 




Marcia Trejo  ( Kikey)


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