domingo, 23 de octubre de 2011


Los dioses descontinuados andan entre los hombres.


Y van lentos, felices, desempleados, paseando de la manera más soberana y más irresponsable. Sin rayos en las manos, sin tener que inventar ni venganzas, ni tramas.

Se toman su cerveza en el café de la esquina y escriben versos a veces, donde cuentan los verdes de los árboles.

A veces una uña les recorre la espalda, es el miedo transparente y helado de que los hombres vuelvan a creer que sí existen.



Eduardo Casar
"Dioses que no"



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