domingo, 10 de octubre de 2010


Para mí, esto es co
mo una especie de paraíso del lenguaje. Teniendo en cuenta que siempre he querido hablar italiano, ¿dónde mejor que Roma? Es como si alguien hubiera inventado una ciudad adaptada a mis requisitos, donde todos (¡Hasta los niños, los taxistas y los actores de los anuncios!) hablan el mismo idioma mágico. Es como si toda la sociedad conspirase para enseñarme italiano... ¡Hay librerías que sólo venden libros en italiano! Me topé con una de esas librerías ayer por la mañana y me dio la impresión de haber entrado en un palacio encantado. Todo estaba en italiano, hasta los cómics estadounidenses del Dr. Seuss. Me di un buen paseo por la tienda, tocando todos los libros, pensando que ojalá quienes me vieran me tomaran por oriunda del lugar. Por Dios ¡qué ganas tengo de desentrañar el misterio del italiano! ... como cuando tenía 4 años y aún no sabía leer, pero estaba deseando aprender. Recuerdo estar sentada con mi madre en el consultorio de un médico con una revista femenina en la mano, pasando las páginas lentamente, mirando fijamente al texto para que todos los mayores creyeran que sabía leer.


Elizabeth Gilbert

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