sábado, 25 de julio de 2009


UN CAFÉ EN EL CAPRICHO


Soy un hombre de impulsos, seguramente por eso soy escritor. Nunca pienso las cosas. Siempre hago ––o escribo–– lo que me venga en gana. Y porque me dio la gana: así, de la nada, y tratando de obviar descaradamente todo lo sucedido, tomé el teléfono y marqué ese número memorizado desde la tarde de nuestro primer encontrón en la biblioteca del Instituto de Idiomas: 959347599.
Timbró varias veces y, en cada una de ellas, recordé que no había nada más que decir (mi estupidez había hablado por mí y por toda mi descendencia). Lo mejor, ahora, era callar. El contestador automático me pidió que, de haberlo, dejara grabado mi mensaje.
Pasé un poco de saliva, respiré hondo y solté lo que me salió del forro:

––Si me sigues pensando, estoy aquí.




Orlando mazeyra guillén
(Fragmento)

.
.

1 comentario:

Tay Appleseed dijo...

aaaaaaaaaawwwwwwwwww!! q ternuritaaaaaaaaa!!!