Jalo la maleta sin recordar que tiene otras maletas dentro y cuando cae sobre mi pie, pego tremendo grito. Me hago para atrás tratando de librarme del dolor y me golpeo con la pata de la cama. Otro grito. Me siento a sobar un pie y luego el talón del otro. Lloro porque me duele mucho. Llorando abro la maleta y meto algo de lo que ya tengo preparado sobre la cama. Un cierre interior se atora, lo jalo y sí, por supuesto, me atrapo el dedo, se me cae un pedacito de uña, sangra un poco y vuelvo a sentarme ahora en una orilla de la cama, porque casi toda está ocupada con ropa y la maleta que ya desocupé para meterlo todo.

Lloro, me lamento, quiero ver el reloj que está atrás de mí y al dar la vuelta para verlo, olvidando que estoy adolorida de todos lados, me resbalo de la cama y quedo en el suelo llorando más. Ahí sentada pienso en todas las ganas que tengo de hacer ese viaje.



Marcia Trejo