Con mucha frecuencia, en el amor, lo que más cuenta no se dice
completamente o no se sigue diciendo. Y si se tiene la extraña fortuna
de vivir con tenacidad el deseo, vale la pena tomar conciencia de qué
tipo de adoración se ejerce. Reconocer, de una vez, que hacer el amor es
simplemente el acto meticuloso y salvaje de convertir a la persona amada en una diosa. Y amarla en un acto que, aunque fuera por un instante, de pronto es infinito.
Alberto Ruy-Sánchez.
Con mucha
frecuencia, en el amor, lo que más cuenta no se dice completamente o no
se sigue diciendo. Y si se tiene la extraña fortuna de vivir con
tenacidad el deseo, vale la pena tomar conciencia de qué tipo de
adoración se ejerce. Reconocer, de una vez, que hacer el amor es
simplemente el acto meticuloso y salvaje de convertir a la persona amada
en una diosa. Y amarla en un acto que, aunque fuera por un instante, de
pronto es infinito.
Por Alberto Ruy-Sánchez
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Con mucha
frecuencia, en el amor, lo que más cuenta no se dice completamente o no
se sigue diciendo. Y si se tiene la extraña fortuna de vivir con
tenacidad el deseo, vale la pena tomar conciencia de qué tipo de
adoración se ejerce. Reconocer, de una vez, que hacer el amor es
simplemente el acto meticuloso y salvaje de convertir a la persona amada
en una diosa. Y amarla en un acto que, aunque fuera por un instante, de
pronto es infinito.
Por Alberto Ruy-Sánchez
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114
Lo que más cuenta no se
cuenta
Por: Alberto Ruy-Sánchez - abril 5 de 2012 - 0:02
Al filo de la red, COLUMNAS - 5 comentarios
Con mucha frecuencia, en el amor, lo que más cuenta no se dice
completamente o no se sigue diciendo. Y si se tiene la extraña fortuna
de vivir con tenacidad el deseo, vale la pena tomar conciencia de qué
tipo de adoración se ejerce. Reconocer, de una vez, que hacer el amor es
simplemente el acto meticuloso y salvaje de convertir a la persona
amada en una diosa. Y amarla en un acto que, aunque fuera por un
instante, de pronto es infinito.
Por Alberto Ruy-Sánchez
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Lo que más cuenta no se
cuenta
Por: Alberto Ruy-Sánchez - abril 5 de 2012 - 0:02
Al filo de la red, COLUMNAS - 5 comentarios
Con mucha frecuencia, en el amor, lo que más cuenta no se dice
completamente o no se sigue diciendo. Y si se tiene la extraña fortuna
de vivir con tenacidad el deseo, vale la pena tomar conciencia de qué
tipo de adoración se ejerce. Reconocer, de una vez, que hacer el amor es
simplemente el acto meticuloso y salvaje de convertir a la persona
amada en una diosa. Y amarla en un acto que, aunque fuera por un
instante, de pronto es infinito.
Por Alberto Ruy-Sánchez
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/05-04-2012/6114. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
No hay comentarios.:
Publicar un comentario