Ella tenía el cuchillo en la mano y lo estaba esperando. Él llegó, se qcercó con sigilo; tomó el cuchillo y lo enterró en el corazón de ella.
En su agonía ella todavía imaginaba la voz de él diciéndole:
-No te vayas, me haces falta.
Marcia Trejo (kikey)
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