La
afligida añoranza de su mujer despertó en Viktor Frankl otro inhumano
recuerdo:al ingresar en el campo, su esposa estaba embarazada. Los nazis
no permitían dar a luz a las mujeres judías. Por eso fue forzada a
abortar. Antes de consumarse el aborto, su mujer y él decidieron dar
nombre a la criatura: Harry o Marion, según hubiese nacido hombre o
mujer. De ahí la aparentemente enigmática dedicatoria de su libro
"Psicoterapia y humanismo": Para Harry o Marion, que no han nacido
todavía.
"El hombre en busca de sentido"
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