miércoles, 31 de julio de 2013
martes, 30 de julio de 2013
Sufro el mar de la calle... | ||
Sufro el mar de la calle. La distancia
que separa las llamas de tu coche que da vuelta en esa esquina para siempre
otra. Este hogar se desangra. Tejo el poema con las palabras que dejaste
heridas sobre el plato. Palabras inconclusas. Crece la bugambilia sobre una
barda demasiado lisa y la luna levanta su grito blanco sobre la azotea de mi
diluvio. Tengo un tigre en la piel. Salgo a buscar las huellas de una ruta
trazada en el aire de esta ciudad abierta hacia el abismo. Quiero seguir la
trayectoria de tu aroma en el bosque que inicia en la banqueta. Presa tibia tu
corazón alado que se aleja de mis armas de fuego. Queda el olor a pólvora y el
humo de una rendición que en la cocina de mis besos toma el sabor de la
renuncia. Dónde. Dónde las coordenadas para tender la trampa. Qué sino he de
invocar, qué aullido, para hacerte salir del escondite sin orillas, de la
ausencia.
[Carmen
Villoro]
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Es preciso olvidarnos de la rapidez y ponerle nombre a las cosas:
tucán, albatros, garzota, pavorreal. El jardín construye sus alas a
fuerza de sombra y luz mientras una niña cuida el agua y las plantas (No
todo era así desde el principio, pero de hoy en adelante la parota
siempre tendrá máscaras y ahí pondrán su nido los pericos). La niña
creció viendo nacer el mar ola por ola hasta que un día la sangre bajó
por su entrepierna y los dioses dijeron que sus pezones estaban de luna.
Ella buscó un caleidoscopio para jugar y dejó de ser virgen a la
tercera vuelta.
Víctor Manuel Cárdenas
domingo, 28 de julio de 2013
Caminaba
nada más caminaba
sin rumbo fijo.
Iba al encuentro...
De qué iba al encuentro?
Entonces no lo sabía
y no lo sé ahora.
Octavio Paz
nada más caminaba
sin rumbo fijo.
Iba al encuentro...
De qué iba al encuentro?
Entonces no lo sabía
y no lo sé ahora.
Octavio Paz
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Octavio PAZ,
YO
Automovilista en vacaciones recorre las montañas del centro de Francia, se aburre lejos de la ciudad y de la vida nocturna. Muchacha le hace el gesto usual del auto-stop, tímidamente pregunta si dirección Beaune o Tournus. En la carretera unas palabras, hermoso perfil moreno que pocas veces pleno rostro, lacónicamente a las preguntas del que ahora, mirando los muslos desnudos contra el asiento rojo. Al término de un viraje el auto sale de la carretera y se pierde en lo más espeso. De reojo sintiendo cómo cruza las manos sobre la minifalda mientras el terror poco a poco. Bajo los árboles una profunda gruta vegetal donde se podrá, salta del auto, la otra portezuela y brutalmente por los hombres. La muchacha lo mira como si no, se deja bajar del auto sabiendo que en la soledad del bosque. Cuando la mano por la cintura arrastrarla entre los árboles, pistola del bolso, y a la sien. Después billetera, verifica bien llena, de paso roba el auto que abandonará algunos kilómetros más lejos sin dejar la menor impresión digital porque en ese oficio no hay que descuidarse.
Julio Cortázar
sábado, 20 de julio de 2013
lunes, 15 de julio de 2013
1.
El sueño del silencio y el río
Soñé que caminábamos a la orilla de un río. La corriente de pronto se volvía tan agitada que no permitía escucharnos uno al otro ni siquiera hablándonos al oído. Teníamos que gritar. Y aún eso no era suficiente. Hasta que de pronto nos dimos cuenta de que el río decía todo por nosotros. Nos hacía hablar al mismo tiempo y gritar que nos queríamos. Nuestras palabras hacían rápidos, arrastraban leños, se estrellaban contra las rocas, sacaban espuma, y se lanzaban desde la altura si era preciso. Nuestras palabras devoraban en las orillas, suavemente y en silencio, a los cocodrilos que parecían dormidos, jalaban las puntas de los sauces llorones, hacían en los recodos inesperados remolinos. Mirábamos pasar los puentes y en las copas de los árboles, las iguanas calentaban con nuestro rumor su sangre. Soñé que no había nada que no quisiéramos decirnos y que hasta el silencio, con la tenue composición de su vacío, nos hacía hablar, como lo había hecho el río.
sábado, 13 de julio de 2013
Viajar es dibujar el mundo con el cuerpo... es lanzar un puño de tierra al aire y escuchar cómo cuenta una historia...
Alberto Ruy Sánchez
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MIDICCIONARIO,
VIAJAR
viernes, 12 de julio de 2013
EL IDIOTA Y EL TEÓLOGO
(Cuento Zen)
Un monje zen vivía con su hermano tuerto e idiota. Un día que tenía que conversar con un famoso teólogo, venido de lejos para verle, se vio obligado a ausentarse. Le dijo entonces a su hermano:
-¡ Recibe y trata bien al erudito! ¡Sobre todo no le digas una sola palabra y todo irá bien!
El monje abandonó entonces el monasterio. A su regreso, fue a ver rápidamente a su visitante:
-¿ Te ha recibido bien mi hermano?- le preguntó.
Lieno de entusiasmo, el teòlogo exclamò:
- tu hermano es una persona muy notable. Es un gran teòlogo.
El monje, sorprendido, farfullò:
- ¿ Còmo?..., ¿ mi hermano, un... teòlogo?
- Hemos tenido una conversaciòn apasionante- prosiguiò el erudito-, expresàndonos sòlo mediante gestos. Yo le he enseñado un dedo, èl ha replicado mostràndome dos. Entonces yo le he respondido, como es lògico, mostràndole tres dedos, y èl me ha dejado asombrado mostràndome un puño cerrado que ponìa fin al debate...Con un dedo, yo le he indicado la unidad del Buda. Con los dedos, èl ha ampliado mi punto de vista recrdàndome que Buda era inseparable de su doctrina. Encantado por la rèplica, con tres yo le he dado a entender : Buda y su doctrina en el mundo. Entonces èl me ha dado èsta rèplica sublime mostràndome su puño : Buda, su doctrina, en el mundo, forman un todo. A esto se le llama rizar el rizo.
Algùn tiempo màs tarde, el monje fue a ver a su hermano tuerto:
- Cuèntame lo que pasò con el teòlogo!
- Es muy sencillo- dijo el hermano- . Èl me provocò mostràndome un dedo para hacerme observar que yo no tenìa màs que un ojo. Al no querer ceder a la provocaciòn, yo le repliquè que èl tenìa la suerte de tener dos. Se obstinò , sarcàstico: " De todos modos, sumando los de los dos, hacen tres ojos". Fue la gota que colmò el vaso. Mostràndole mi puño cerrado, le amenacè con dejarle tieso en el acto si no ponìa fin a sus malintencionadas insinuaciones.
* Creemos hablar de lo mismo, creemos comunicarnos, ìntimamente, con el otro. Pero, en definitiva, cada uno habla de sì mismo*
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Alejandro Jodorowsky
jueves, 11 de julio de 2013
Y ahora una digresión
Consideremos esa variante del amor
que nunca puede llamarse amor
Son aislados instantes sin futuro
En la ciudad donde estaré tres días
nos encontramos
Hablamos cien palabras
Pero un brillo en los ojos un silencio
o el roce de las manos que se despiden
prende la luz de la imaginación
Sin motivo ni causa uno supone
que llegó pronto o tarde
y se duele
('no habernos conocido...')
E involuntariamente ocupas tu fiel nicho
en un célibe harén de sombra y humo
Intocable
incorruptible al yugo del amor
viva en lo que llamó De Rougemont
la posesión por pérdida.
José Emilio Pacheco
Otoi que j'eusse aimée
... se tiene la certeza
que sólo en canoa de abedul
se puede remontar lo más bravo el río.
Y cuando los enamorados se regalan hojas de abedul
se están diciendo simplemente te adoro, te deseo.
No dicen más:
el abedul color de fuego,
abierto, claro, tenaz,
sonriente y vertical,
posesivo,
dice el resto.
fragmento de un poema de
Alberto Ruy-Sánchez
Alberto Ruy-Sánchez
miércoles, 10 de julio de 2013
martes, 9 de julio de 2013
lunes, 1 de julio de 2013
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