-De alguna manera, después de todo y antes de lo que está por venir, hay un momento en el que el naufragio es inevitable y no hay tierra a la vista.
-Tal vez en el inevitable parpadeo, perdiste de vista la sombra, que en la lejanía, delatan las costas....
-Una extraña melancolía... No ganas de llorar, pero tampoco de reír.
-Es
inevitable cuando la sensibilidad se abre a las noches decembrinas que
avisan cambios...mañana, te leeré tan recuperada, como hermosa.
-Ahora sí tengo ganas de llorar.
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Gracias a Alexandro Celia por sus palabras
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