Las hadas entrecerraban sus ojos,
dormitaban,
soñaban pedacitos de historias
balbuceaban...
dormitaban,
soñaban pedacitos de historias
balbuceaban...
y la noche
pobre de la noche
tan sola
tan oscura
con su insomnio perenne
alerta involuntaria
me regaló sus ojos
y me los regaló
en mala hora
porque ellos aceptaron
una mirada tuya
y esa mirada hermosa
resultó golondrina
oscura golondrina
de "aquéllas que aprendieron nuestros nombres"
pero no volverán.
me regaló sus ojos
y me los regaló
en mala hora
porque ellos aceptaron
una mirada tuya
y esa mirada hermosa
resultó golondrina
oscura golondrina
de "aquéllas que aprendieron nuestros nombres"
pero no volverán.
Marcia Trejo (Kikey)
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