Regreso a casa
para saludar con cortesía
a una nueva soledad,
a abrir con cuidado
otra desesperanza
y sentir la fragilidad de la tarde.
Ya no quiero luchar.
Bajo la cabeza
y abro los brazos
para que nada estorbe
al impaclable tajo.
Esto, todo esto, Dios mío,
no me quejo, pero no es
como lo soñamos.
.
Hugo Gutiérrez Vega.
frragmento de: Última llamada.
Hugo Gutiérrez Vega.
frragmento de: Última llamada.
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