No es un tema específico de nuestro tiempo. Ya hace dos mil años Séneca dedicó su ensayo “La brevedad de la vida” a reflexionar sobre una forma de vivir marcada por el ajetreo, la dispersión y la vanidad. Al leerlo entendemos que, después de todo, un atareado habitante de la antigua Roma no es tan diferente de nosotros.
Irene Vallejo
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