Toco tu boca,
con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera
de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta
cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez
la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara,
una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para
dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco
comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la
que mi mano te dibuja.
Julio Cortázar
Rayuela (fragmento)
publicada hace 50 años (1963)
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