Ellos
me vieron pasar muy contenta con flores. Como tenía un semblante tranquilo
pensaron que ya me sentía bien. Las semanas anteriores algunas veces me veían
llorosa o escuchaban la música triste que salía de mi departamento como un
grito de auxilio. Yo era hermética y recorría los rincones de la casa y las
calles por esa orillita que me detenía para no quedar tirada de la pena.
Parecía increíble que toda la debilidad viniera de no verlo, de que no me
viera, de saber que pasaba por aquí y no se detenía. Habían sido muchos días de
mal comer, de hacer todo a medias y de verme opaca, pero ese día estaba mejor.
Antes,
cuando él pasaba de largo yo sentía que me arrancaban pedazos de corazón
y que mis piernas y brazos no se sostenían ni sostenían. Pero
siempre esperaba el día en que él se diera cuenta.
Algunas veces era muy doloroso verlo tan de lejos. Pero ese día el dolor se hizo una puñalada porque lo vi con ella.
Algunas veces era muy doloroso verlo tan de lejos. Pero ese día el dolor se hizo una puñalada porque lo vi con ella.
Todo transcurría
normalmente mal, no había mucho de qué preocuparse, pero esa tarde los vi.
Ella
estaba mirándolo cómo yo lo miraría y él la miraba a ella como yo quisiera que
me mirara.
El
dolor del desprendimiento de mi alma me secó la boca, me secó los ojos y me dio
la fuerza que no me había dado su ausencia.
Yo
no la conocía, pero otro día la conocí, hablé con ella y fue peor aún
porque descubrí que era una buena persona. No soporté verla muchas veces, sólo
las necesarias para que ella se descuidara y yo pudiera ponerle tres gotas en
el café.
Él
se alejó de aquí, no sé si por la sorpresa de su muerte, ni siquiera supe si le
dolió mucho, si estaban juntos realmente o si aquella tarde se habían
encontrado como se encuentran dos ex compañeros de colegio.
Lo que sí sé es que este vacío provoca la explosión de mi llanto. Sé que quiero verlo pero al menos estoy tranquila porque no está con ella. Lo sé porque a veces le llevo flores; no muy seguido, porque no la conocía tanto.
Lo que sí sé es que este vacío provoca la explosión de mi llanto. Sé que quiero verlo pero al menos estoy tranquila porque no está con ella. Lo sé porque a veces le llevo flores; no muy seguido, porque no la conocía tanto.
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