Una noche, de pronto y en secreto, tal vez en sueños, unos labios nos cantan las palabras mágicas que transforman nuestros deseos en acciones de búsqueda. El sexo es nuestra brújula inquieta y el cuerpo de los otros nuestro labertinto. Desde ese momento pertencemos a la Casta delirante de Los Sonámbulos.
Alberto Ruy Sánchez
fragmento de "En los labios del agua"
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