A Leo Masliah, por inspirarme.

CAER EN CUENTA

Una mañana llegaron dos colibríes a mi casa número 3 en la calle Cuatro Ciénegas.

Eran como la 5 de la mañana y como normalmente me levanto a las 6 ya no pude dormirme temiendo que se me hiciera tarde para la clase de 7.

Temeroso pero somnoliento no me di cuenta de que me quedé dormido, y desperté nuevamente hasta las 8.

Me pareció muy raro que fuera sábado 9 porque según yo, al dormirme era domingo 10 y yo tendría ese examen el lunes 11.

La situación confusa duró un poco más. Me levanté y no habían pasado ni 12 minutos, cuando un amigo me llamó para decirme que estaban entrevistándome en canal 13. Prendí la televisión y efectivamente en “14 preguntas para ti” estaba yo, sentado junto a ese entrevistador que me cae gordísimo. El programa llevaba apenas 15 minutos y ahí estábamos sentados una chica y yo.

Sus 16 años la hacían ver como una flor fresca y yo a mis 17 confundido por la situación, pero cierto de que me gustaban las chicas como ella, contesté a la pregunta: “cuántos años tienes” diciendo que 18, desafortunadamente, el programa no permitía mentiras y al minuto 19 salí del set y aún más me condujeron a la calle y ya no pude ver a la chica.

Supongo que sería como el minuto 20 cuando a ella le preguntaron si le gustaría ser la ganadora del concurso y me contó luego, que no sabe por qué pero dijo que no.

El momento de confusión fue, me imagino, al minuto 21, e inmediatamente al 22 también a ella la sacaron del set y de la televisora, y, efectivamente nos encontramos afuera, en el número 23 de la calle 24 de diciembre. Mi buena suerte hubiera comenzado ese medio día si no fuera porque mi necio despertador me taladró el oído para decirme que eran 25 minutos para la hora en que debía levantarme, me di cuenta del retraso, pero no tuve interés en salir de la cama y volví a dormirme. Después de perderla a ella, qué ganas iba a tener de hacer un examen.

Marcia Trejo