El viento no se oye a sí mismo pero nosotros le oímos, las bestias se
comunican entre ellas pero nosotros hablamos a solas con nosotros mismos y nos
comunicamos con los muertos y con los que todavía no nacen. La algarabía humana
es el viento que se sabe viento, el lenguaje que se sabe lenguaje y por el cual
el animal humano sabe que está vivo.
.
Octavio Paz