Estaba a punto de dormirme y vi su sombra por la ventana, pensé que era alguna transeunte noctámbula, pero abrió la puerta y entró. Por supuesto que me asusté, quería esconderme, encerrarme, pero me petrifiqué e inmediatamente la vi entrar a mi cuarto. Se veía muy contenta, estaba cantando, tenía los ojos llenos de otros ojos, se sentó en la orilla de la cama, suspiró sonriendo y se acurrucó. 
Yo perdí el miedo y me dormí tranquila junto a mi escurridiza y luminosa sombra.


Marcia Trejo "Kikey"