domingo, 27 de abril de 2014

 
Me gusta cuando mi reloj marca un ahora contigo.
 
 
 
 
 
Variación de un twitt de
Él la espera en el parque
ella piensa ir
pero luego no puede
o no quiere
él la espera todavía

y todavía
y todavía
hasta que van a cerrar el parque
y él tiene que irse



a su pesar deja la banca
y comienza a caminar
lleva en las manos un ramo de flores
que no suelta
que conserva apretado
como la esperanza.




Marcia Trejo / Kikey

domingo, 20 de abril de 2014


Me enamoré de la poesía porque tenía la ambición de decir algo que no sabía cómo decir; pero no hubiera escrito nigún poema, si no fuera por los poemas que leí.





Octavio Paz

jueves, 17 de abril de 2014

 

¿Qué hilos tocó García Márquez con Cien años de soledad para hacerse casi de manera automática de un lector sueco de 15 años, de un anciana japonesa, de una mujer madura irlandesa, de un médico uruguayo, de un ingeniero mexicano o de un ama de casa rusa? ¿Tiene que ver eso con lo que llaman el genio de la lengua, el misterio de la escritura?

 
 



 Javier Aranda


LA CITA DE SU VIDA


El lunes sueña con la cita. El martes se entusiasma pensando que se acerca. El miércoles comienza el nerviosismo. El jueves es todo preparativos, revisa su vestuario, va a la peluquería. El viernes lo soporta como puede, sin salir de su casa. El sábado, por fin, se echa a la calle con el corazón rebosante. Durante toda la mañana del domingo llora sin consuelo. Cuando nota que vuelve a soñar, ya es lunes y hay trabajo


 

Andrés Neuman

 

Ahora estás buscando un lugar por el que ya pasaste.  No lo viste porque buscabas otro lugar que aún no construiste.
 


@TiempoDetenido
 
Jacarandas en Querétaro
2014
foto Kikey

martes, 15 de abril de 2014

TERAPIA

  "Un pequeño huerto, cavar la tierra, abonarla, plantar, regar, recoger la cosecha. Esos ejercicios serían también muy beneficiosos para usted", le aconsejó el doctor mientras le entregaba el tratamiento contra el estrés.
El primer año comió unos tomates deliciosos. El segundo año se pasaba las jornadas de la bolsa recordando sus tareas dominicales, las plantas de fresas, los calabacines en flor, las lombardas, según la estación.
Pero un domingo de abril se quedó quieto, y luego se sentó entre los surcos. El lunes ya había arraigado. Produce pimientos en el brazo izquierdo y berenjenas en el derecho. No necesita mucho riego.



José María Merino

LA CASA Y EL VIENTO
 

De visita en la hospitalaria Oklahoma, tierra de vientos y trenes, me entero de que pronto empezará la temporada de tornados, que en algunas zonas del estado pueden ser verdaderamente destructivos. Nadie a mi alrededor parece asustado por eso, o todos parecen haber aprendido a asustarse sin que nadie lo note. En la localidad de Moore, me cuenta una ancianita llamada Philis, va
rias casas vuelan cada año. Le pregunto cómo hace la gente para seguir viviendo allí. «Vuelven a construir sus casas, señor», me responde la anciana. ¿Y si al año siguiente vuelven a perderlas? «Entonces las construyen de nuevo, señor.» ¿Y por qué no se mudan a otro pueblo? «Porque esa es su casa.» Philis me sonríe y el rugido de un tren se lleva su siguiente frase hasta donde sólo el viento puede oírla.

 


Andrés Neuman

observar ya es desplazarse

 

 Andrés Neuman

Sueño que el tinto es la luna,
lo pongo en mi boca
y hace de mi aullido canto.

 


@Sra_Noche
 
 
 
Moon
de Michelle V.

miércoles, 9 de abril de 2014

Aquella noche que no quise hacer el amor contigo, tenía miedo de muchas cosas, una de ellas era el fantasma de un embarazo, miedo a la noticia de un bebé que creciera en mi vientre bajo la sombra de una relación igualmente a la sombra. Te dije que no y me dijiste que los hombres también se embarazaban, te dije yo sé que sí, pero sabía que si no eras responsable ni para vivir una noche de amor, menos lo serías para compartir la vida de un bebé y la mía.

Han pasado tantos meses de esa noche y hoy, no sé por qué he pensado en eso, y he mirado a ese bebé que no hicimos, he mirado a ese hombre que eres y también al que no eres, y me han dado ganas de que nos hubiéramos atrevido, de que nos hubiéramos hecho ese regalo y que un día como hoy, fresco, con el viento que sopla acariciando, hubieras venido como cada tarde, como muchas tardes, a vernos como quien visita a un ser querido al que extraña, que lo hubieras o la hubieras visto, precioso, preciosa, chiquito, bailando, jugando, diciéndote, papá que bueno que vienes, y entonces nosotros nos miraríamos cómplices, dándonos cuenta de que ese momento ocurrió, ese momento en el que yo te regalé mi corazón (que no sé si recibiste o ignoraste), había dado un fruto, un fruto tan dulce que ahora para ambos sería el presente más increíble que podríamos haber imaginado.





Marcia Trejo  / Kikey

martes, 8 de abril de 2014


Sabemos que los antiguos griegos y los antiguos mayas tenían un contacto más elemental con la tierra. Sus vasijas demuestran el cariño con que el polvo pasaba por sus dedos. La modernidad nos ha alejado del contacto primigenio con los materiales.

 



Juan Villoro
fragmento de Sortilegios del agua

domingo, 6 de abril de 2014


Amanecí con ganas
de ya amarte.


 
@tintan_pachuko

Querido Gabo: ¡Ponte bien!
No queremos ni un sólo día de soledad.

 


@benistofeles